viernes, 28 de febrero de 2014

Cuando no había bibliotecas...

"Pero personas ajenas leían las cartas en aquel entonces. [...] El primero que la leyó fue el cartero, luego todos sus conocidos interesados en la lectura: el profesor, el diácono, la viuda del tendero, el hijo del lector de salmos y algunos más. Las bibliotecas no existían en aquel entonces, tampoco se vendían libros, las gentes se sentían desgraciadas y buscaban consuelo para sus almas. Por eso la choza del cartero se había convertido en una biblioteca. Las cartas de especial interés ni tan siquiera partían hacia sus destinatarios sino que se quedaban para su relectura y perpetuo disfrute.
El cartero enseguida apartaba los paquetes oficiales: todos ya conocían de antemano su contenido. Las cartas con que más aprendían los lectores eran las que se encontraban en Petropávlovka de paso: gentes desconocidas escibían de forma afligida e interesante."
Fragmento de Chevengur (1928), novela de Andrey Platónov ambientada en el período de la Guerra Civil Rusa

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