Interesante documento relativo a la cuestión nacional que fue aprobado el 15 de noviembre de 1917 por el Consejo de Comisarios del Pueblo y más tarde pasaría a formar parte de la primera constitución del Estado soviético.
La Revolución de Octubre de los obreros y campesinos se inicia bajo la común bandera de la liberación.
Se liberan los campesinos del poder de los terratenientes: no hay más propiedad terrateniente porque esta ha sido abolida. Se liberan los soldados y los marineros del poder auocrático de los generales, ya que de ahora en adelante estos serán electos y reemplazables. Se liberan los obreros del capricho y la arbitrariedad de los capitalistas, ya que desde ahora los obreros controlarán las fábricas y las plantas. Todo lo vivo y todo lo vital se libera de las cadenas.
Solo quedan los pueblos de Rusia que han soportado y siguen soportando opresión y arbitrariedad y cuya liberación deberá ser emprendida sin mayor dilación, una emancipación que deberá ser firme e irrevocable.
En tiempos del zarismo los pueblos de Rusia eran sistemáticamente azuzados los unos contra los otros. Las consecuencias de esta política son bien conocidas: matanzas y pogromos, por un lado, la esclavitud de los pueblos, por el otro.
Esta vergonzosa política de azuzamiento no puede ni debe repetirse. Desde ahora deberá ser sustituida por una política de libre y sincera unión de los pueblos de Rusia.
En el período imperialista que siguió a la Revolución de Febrero, cuando el poder fue tomado por la burguesía cadete, la descarada política de azuzamiento dio paso a una política de cobarde desconfianza hacia los pueblos de Rusia, una política de reproches y provocaciones enmascarada con proclamas verbales que invocaban la "libertad" e "igualdad" de los pueblos. Las consecuencias de esta política son bien conocidas: intensificación de la enemistad entre naciones y deterioro de la confianza mutua.
Se debe poner fin a esta indigna política de desconfianza y mentiras. Desde ahora deberá ser reemplazada por una política abierta y sincera que conducirá a la plena y mutua confianza entre los pueblos de Rusia.
Solo una confianza así podrá dar lugar a una unión firme y sincera de los pueblos de Rusia.
Solo una unión como esa podrá fundir a los obreros y los campesinos de los pueblos de Rusia en una sola fuerza revolucionaria capaz de resistir toda clase de embistes de la burguesía imperialista y anexionista.
El Congreso de los Sóviets de junio de este año proclamó el derecho de los pueblos de Rusia a su libre autodeterminación.
El segundo Congreso, celebrado en octubre de este año, ratificó este inalienable derecho de los pueblos de Rusia con más decisión y determinación.
En cumplimiento de la voluntad manifestada en estos congresos el Consejo de los Comisarios del Pueblo ha resuelto cimentar su actividad en lo referente a las nacionalidades de Rusia sobre los siguientes principios:
1) Igualdad y soberanía de los pueblos de Rusia.
2) Derecho de los pueblos de Rusia a la libre autodeterminación, inclusive el derecho a la secesión y constitución de Estado propio.
3) Abolición de todos y cualesquiera privilegios y privaciones originados en el hecho nacional o nacional-religioso.
4) El libre desarrollo de las minorías étnicas y nacionales que pueblan el territorio de Rusia.
Los decretos particulares que siguen de lo antedicho serán desarollados sin dilación tras la formación de la comisión de asuntos nacionales.
En nombre de la República de Rusia
Comisario del Pueblo para Asuntos Nacionales
Iósif Dzhugashvili-Stalin
Presidente del Consejo de Comisarios del Pueblo
V. Ulyánov (Lenin)
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