Traducido por Antonio Airapétov
Original
En la capital rusa se ha celebrado la III Conferencia de Seguridad Internacional de Moscú en la que han tomado parte más de 300 representantes de departamentos militares de más de 40 países del mundo. En este evento, que ignoraron ostentosamente los representantes de la OTAN, se creó una especia de coalición antinorteamericana compuesta por países que no quieren que los EEUU y la alianza sigan haciendo de "policía del mundo", según ha explicado en la entrevista el redactor jefe de la revista Defensa Nacional Ígor Korotchenko.
Pregunta: El principal tema de la conferencia han sido las "revoluciones de colores", los militares han hablado de una expansión geográfica de este fenómeno. Ígor Yúryevich, ¿quién debería temer en primer lugar este tipo de agresiones?
Ígor Korotchenko: Son, en primer lugar, los países que desarrollan una línea política independiente de los EEUU. Es decir, cualquier país que se distancia de Norteamérica y no le sigue a remolque puede convertirse en un objetivo.
Naturalmente eso es muy aplicable a Rusia, sobre todo a la luz de la llegada del nuevo embajador norteamericano, el hombre que de hecho preparó todo lo sucedido en Kíev, el señor Taft. Hoy vemos que los métodos de derrocamiento de un gobierno legítimo son mucho más eficaces que las operaciones militares, lo que supone un cierto atractivo para los norteamericanos: no necesitan desarrollar una guerra a gran escala como en Vietnam, basta con poner en marcha el proceso, controlarlo y ya está, el país cae en sus manos. Son nuevos métodos de lucha armada y está muy bien que los dirigentes militares rusos y bielorrusos hoy hablen públicamente de ellos como de una nueva forma de acciones bélicas, es bueno que las discutan y las analicen porque permitirá atajar nuevas amenazas potenciales.
Pregunta: ¿Deberíamos estar preocupados por la posibilidad de "revoluciones de colores" en Asia Central: Uzbekistán, Tayikistán, Kirguistán?
Ígor Korotchenko: Sí, claro, pero en esa región el principal problema ya no son siquiera las "revoluciones de colores" sino la situación interna acumulada que tiene bastantes posibilidades de detonar. En esos países el explosivo ya está colocado, basta con prender la mecha, y desempeña un papel primordial el extremismo islámico.
Pregunta: ¿Qué deberíamos hacer para impedir la detonación?
Ígor Korotchenko: Ya se están tomando medidas en el marco de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) pero Uzbekistán no forma parte de la OTSC. Por eso Karímov se quedará solo frente a sus problemas cuando estos surjan. Y es seguro que surgirán.
Pregunta: ¿Cree que la conferencia tendrá repercusión en el Consejo de Seguridad de la ONU y en la OSCE?
Ígor Korotchenko: Claro que en la OSCE se tendrá en cuenta en cierta medida pero quiero subrayar que prácticamente todas las intervenciones de hoy han sido críticas con los EEUU, unas de forma más directa, otras de forma más velada.
Podemos afirmar que hoy aquí se ha reunido ese polo global que no está con los norteamericanos. Es bastante significativo que se oigan críticas abiertas a los EEUU y ello demuestra que las élites político-militares de otros centros de poder del mundo contemporáneo no quieren que los EEUU y la OTAN sigan desempeñando el papel de "policía del mundo".
Lo que está pasando hoy aquí es, en términos generales, la formación de una amplia coalición antinorteamericana. En su momento existió una coalición antihitleriana, parte de la cual formaron diferentes países de muy diferentes regiones, y hoy se está formando una amplia coalición antinorteamericana, yo incluso diría que antioccidental. Y se está formando porque la gente, los países y las élites políticas no quieren seguir bajo influencia norteamericana. Es el núcleo de la resistencia que, encabezada por Rusia y China, defiende sus propios valores.
Pienso que este diálogo es muy importante porque aquí están presentes militares que ocupan altos cargos y puestos en el escalafón, personas que propondrán a sus gobiernos y presidentes las correspondientes resoluciones. Este diálogo arrebatará a los EEUU una poderosa arma contra la que antes no se podía luchar: la capacidad de manipular los procesos socio-políticos a favor de sus objetivos político-militares.
Pregunta: Muchos expertos europeos y norteamericanos califican a Rusia de nueva superpotencia...
Ígor Korotchenko: No podemos decir que Rusia se haya convertido en una superpotencia. Seguimos siendo uno de los polos del mundo contemporáneo y un pilar del orden mundial existente. Somos una potencia nuclear, pero estamos adquiriendo una nueva cualidad: estamos dejando de ir al remolque de la política norteamericana. Y no tendremos presente el punto de vista de los EEUU si contradice nuestros intereses nacionales. Es decir, para nosotros ya no tienen mayor prioridad los valores humanos universales que nuestros propios intereses nacionales. Es una buena oportunidad y una esperanza para el futuro porque nos hace confiar en que, habiendo superado los problemas económicos y políticos existentes, habiendo superado la corrupción, apareceremos de una forma realmente diferente, como un verdadero centro mundial de fuerza, al que muchos considerarán un referente y muchos buscarán aliarse con una nueva, renovada y potente Rusia en dinámico desarrollo.
Pregunta: ¿En qué momento situaría el punto de inicio de esa política "sin EEUU" de Rusia?
Ígor Korotchenko: Crimea. De hecho, el primer toque de atención fue en 2007, en el discurso del presidente de Rusia Vladímir Putin en Múnich, en una conferencia internacional sobre seguridad internacional. Pero todo eso eran "mensajes". Por el contrario, con Crimea se ha dado un cambio decisivo. Ahora Rusia ha sobrepasado un punto de no retorno, ahora somos diferentes y es importante que este potencial de desarrollo y poderío espiritual sea reforzado.
Pregunta: No puedo no preguntarle sobre nuestra política en el Sudeste...
Ígor Korotchenko: No habrá intervención armada, eso es evidente. No se introducirán tropas en Ucrania. Por lo que respecta al sucesivo desarrollo de los acontecimientos, todo se verá tras las elecciones presidenciales y la toma de conciencia de la situación que se ha creado en Ucrania. ¡Pero Rusia no introducirá tropas en Ucrania!
Yo personalmente pienso que debemos prestar el apoyo técnico-militar preciso a las nuevas repúblicas "a la española": con voluntarios, tecnologías, armamento... pero no introducir tropas.
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